Durante dos semanas Francisco Gana Eguiguren se dedicó a recorrer La India para capturar en su cámara aquellos rostros cándidos que sin emitir ni una palabra, tienen mucho que decir. Colores y texturas, miradas y expresiones nos transportan a este viaje transformador que el ex Gerente General de Soprole hizo en 2019 junto a su esposa.
- Fotografías de Francisco Gana
- Relato de Cristian Muñoz
- IG @ franciscoganae
En el cautivante telón de fondo de la rica y diversa cultura de La India, el fotógrafo Francisco Gana emprende un viaje transformador en busca de la esencia misma de este fascinante país. Armado con su cámara y una insaciable curiosidad, se sumerge en los laberintos de sus calles bulliciosas y los rincones más remotos de sus paisajes exóticos.
Delhi, Varanasi, Agra, Jaipur son algunas de las ciudades recorridas durante dos semanas por el ex Gerente General de Soprole – durante 26 años – y su esposa, quienes se han dedicado a viajar por todo el mundo descubriendo y retratando la grandiosa diversidad de cada cultura que conocen.
Sin embargo, su enfoque no se limita a la grandiosidad arquitectónica o a los monumentos históricos. Su objetivo es capturar la autenticidad de las personas que dan vida a esta tierra milenaria.
Con una mirada aguda y sensible, Francisco Gana se adentra en la cotidianidad de las comunidades indias, buscando momentos fugaces y expresiones genuinas que revelen la complejidad de la experiencia humana. A través de su lente, emerge un retrato íntimo y conmovedor de la vida en La India: rostros marcados por la alegría, la esperanza, el sufrimiento y la resiliencia.
“Me encanta sacar retratos porque son cándidos. La gente aparece sin saberlo, pues permanezco a unos 20 o 30 metros con teleobjetivo”, explica el actual fotógrafo y ex empresario. En La India – añade – “lo impresionante es que en todas las ciudades las personas son súper retratables. Las vestimentas que usan, los pañuelos, sus gestos y colores son increíbles”.
Cada imagen capturada por Francisco Gana es más que una simple fotografía; es un testimonio visual que trasciende las barreras del idioma y la cultura, invitando al espectador a contemplar la belleza y la profundidad de la condición humana. “Los rostros son impresionantes, donde tú colocas el foco hay un rostro destacable por características diversas, tengo cientos de retratos de La India”, destaca.
FERVIENTE RELIGIÓN
La religión está íntimamente unida a todas las facetas de la vida de la India . A pesar de tener una democracia secular, es uno de los pocos países de la tierra donde las estructuras sociales y religiosas que definen la identidad nacional permanecen intactas. “Es impresionante ver una pobreza inusual, que en nuestro país no se ve. Pese a ello, la gente en India se ve feliz y contenta”, relata el fotógrafo.
Una de las imágenes imperdibles para cualquier lente de viajero, es un encuentro con un sadhu o Saa-dhu, un monje o asceta hindú que abandona toda su vida anterior y toma el camino de la penitencia y la austeridad para llegar a la iluminación.
Por ello normalmente un sahdu ignora los placeres y dolores humanos y renuncia a las posesiones, pero vive en la sociedad. Aunque cueste entenderlo, existen personas capaces de todo para completar su viaje espiritual.
En esta nación diversa y multirreligiosa, las prácticas religiosas se entrelazan con la cultura y la identidad nacional. Desde la manera en que se celebran los festivales hasta cómo se estructuran las relaciones familiares y comunitarias, la religión es un pilar fundamental que guía las acciones y decisiones de la gente.
La India es hogar de varias religiones principales, como el hinduismo, el islam, el sijismo, el cristianismo, entre otras, cada una con sus propias normas y rituales que influyen en la vida cotidiana. Desde el nacimiento hasta la muerte, la religión acompaña a los individuos en su viaje, proporcionando significado, consuelo y orientación moral en un mundo lleno de desafíos y alegrías.
Francisco y su esposa se encontraron gratamente sorprendidos por el cálido y cordial recibimiento de la gente. En una u otra ciudad, visitando templos o aldeas, montañas o calles atestadas de motocicletas, sólo encontraban rostros amables. “A cualquier lugar donde íbamos nos pedían una foto con ellos, una vivencia que yo no esperaba tener”.
MAJESTUOSO
Fotografías el majestuoso Taj Mahal es una experiencia que trasciende lo ordinario, sumergiéndote en un mundo de belleza y encanto inigualables. Este icónico monumento, una maravilla arquitectónica del siglo XVII, se erige con una elegancia incomparable sobre las orillas del río Yamuna, en la ciudad de Agra.
“Al contrario de lo que hacen la mayoría de los turistas para ingresar a este maravilloso templo por la puerta principal, nosotros hicimos el recorrido en bote al atardecer para ingresar por otro espacio con tal de apreciar al Taj Mahal en su plenitud arquitectónica”, continúa el relato Francisco Gana.
Al contemplarlo, te envuelve una sensación de asombro ante su imponente estructura de mármol blanco, adornada con intrincados detalles que narran historias de amor y grandeza. Al capturar el Taj Mahal a través del lente de tu cámara, te sumerges en un ballet de luces y sombras que danzan sobre sus relieves, resaltando su simetría perfecta y sus intricados diseños.
Cada ángulo ofrece una nueva perspectiva, revelando la habilidad artesanal y el ingenio detrás de su construcción. La luz del amanecer y el atardecer añaden una magia adicional, tiñendo el mármol con tonos dorados y rosados que evocan un aura de ensueño.
Un sueño del que parecieras no despertar al recorrer los intrincados rituales milenarios de esta tierra, una que en el río Ganges contempla arder con fuego las piras funerarias de los seres queridos que han muerto.
Una tierra de encantos, colores y texturas, de tradiciones y costumbres milenarias con rostros que en la cámara de Francisco Gana nos invitan a fascinarnos y miles de historias que subyacen en cada mirada de millones que habitan La India.