Descubre la magia visual del sur de Chile a través del objetivo de Francisco Méndez. Te invitamos a sumergirte en un viaje único a través de sus impactantes fotografías que capturan la esencia de los paisajes chilenos. Desde atardeceres en Carampangue hasta la majestuosidad de la Vía Láctea en las faldas del volcán Antuco, cada imagen es una ventana a la belleza natural. Únete a nosotros para explorar la conexión emocional de Méndez con la montaña, los valles y las cascadas en esta verdadera exposición visual.
- Relato de Cristian Muñoz
- IG @franciscomendez.cl
El talentoso fotógrafo chileno Francisco Méndez nos invita a sumergirnos en un viaje a través de sus ojos y su lente. Residente de Concepción, Chile, este outdoor photography ha dedicado los últimos diez años a capturar la esencia de la naturaleza, desde imponentes bosques hasta majestuosas montañas, y a transmitir emociones a través de sus cautivadoras imágenes.
Con una versatilidad notable, Francisco ha explorado diversos aspectos de la fotografía: desde imágenes culinarias hasta eventos sociales, fiestas y bodas, pasando por la moda editorial, su habilidad para adaptarse a diferentes entornos le ha permitido desarrollar una perspectiva única. Sin embargo, son los impresionantes parajes naturales los que verdaderamente despiertan su pasión.
En una campaña para promover el turismo en la región del Biobío, Francisco capturó la magia del sur de Chile desplegando un sinfín de colores en el alba o el atardecer. Desde caminos sinuosos y frondosos bosques el fotógrafo outdoor logra retratar la densidad de los pinos y eucaliptos, así como la virginal hermosura de un sereno río. La composición resultante no solo evita destacar los árboles exóticos, sino que también refleja la paz del entorno.
La siguiente parada en este viaje visual nos lleva a las faldas del volcán Antuco, donde Francisco decidió acampar para presenciar la majestuosidad de la Vía Láctea. La fotografía panorámica que captura el arco celestial sobre las carpas revela la armonía entre la naturaleza y el cielo estrellado.
“Aquel día fuimos a hacer cumbre al volcán. Subimos por la tarde y decidimos acampar a mitad de volcán para poder realizar el ascenso de madrugada. Entonces, ya una vez que estábamos internados con las carpitas todo, hicimos nuestro acampamento. La vía láctea justo estaba pegando hacia el oeste ya y formaba ese arco maravilloso sobre la carpa; entonces decidí realizar una toma panorámica que me abarcará la mayor parte del arco de la vía láctea, y poder centrar las carpas al medio”, relata.
Y a pesar de la contaminación lumínica de los pueblos cercanos, la imagen resulta impactante y revela la dedicación del fotógrafo para lograr la toma perfecta.
MALLÍN DEL TORO
La tercera imagen nos transporta a Mallín del Toro, un sendero que se convierte en el lienzo de Francisco durante una excursión de trekking. La combinación de la luz de la tarde, los imponentes rayos y la silueta del Sierra Belluga crea una composición que transmite la admiración del fotógrafo por la grandeza de la montaña. Aunque la imagen puede ser antigua, la conexión emocional que transmite la convierte en una de las favoritas de Francisco.
“me encanta lo que transmite esa imagen, pues da la sensación de estar contemplando y disfrutando al mismo tiempo toda esa esa luz, ese ambiente, lo imponente de la montaña y la naturaleza. Creo que se mezcla todo un poquito en esa foto y, a pesar de ser un poco antigua, es una de mis favoritas hasta el día de hoy”.
La cuarta fotografía nos lleva a las cascadas del Salto Las Chilcas, ubicadas en el Parque Nacional Laguna del Laja. En esta toma, Francisco destaca la amplitud y la convergencia de los chorros de agua desde distintos ángulos, creando una imagen que transmite la sensación de frío y oscuridad propia de un día otoñal en la montaña.
“Es poco usual ver ese flujo de cascadas. Cuatro de ellas son capturadas en esta imagen que expone esa amplitud de chorros que bajan desde la cordillera, provenientes de distintos ángulos y que convergen hacia el nacimiento del Río Laja”, comenta el fotógrafo especializado en imágenes landscape.
La última parada en este recorrido visual es el icónico Salto del Laja. Francisco utiliza un filtro polarizado para controlar los reflejos y lograr una iluminación uniforme en la cascada. Su paciencia al esperar que el sol descendiera en el horizonte y la presencia de nubes en el cielo aportan un toque único a la imagen, resaltando la majestuosidad del Salto del Laja en todo su esplendor durante una tarde de primavera o finales de invierno.
A través de la narrativa visual de Francisco Méndez, nos sumergimos en la belleza diversa y cautivadora de los paisajes chilenos. Cada fotografía cuenta una historia única, capturando la esencia y la emoción de momentos fugaces en la naturaleza del sur de Chile.