Por Isabel M. Saieg
Recuerdo el día en que Amy falleció. Era chica, tenía apenas 7 años, y mi tía llegó con el disco Back to Black —el cual, cabe destacar, se llevó 5 de los 6 Grammys a los que fue nominado en el año 2008— contándome que la cantante, siendo tan joven, había fallecido. Ese día escuché su música por primera vez, sin tener idea de que aquella mujer, cuyo mal vivir la llevó a morir de forma aún incierta a los 27 años, sería una de las artistas más importantes del siglo.
Amy Jade nace en Enfield, Inglaterra, en 1983. Creció en una familia en la que el Jazz se llevaba en la sangre y fue esto lo que la llevó a interesarse por la música desde muy pequeña, participando también en escuelas de teatro y danza, a pesar de que su sueño siempre fue convertirse en una exitosa cantante. Tenía 16 cuando su novio del momento, el cantautor Tyler James, la ayudó a surgir en la industria al presentársela a su manager.
“Frank”, su primer disco, tuvo una buena recepción, el impacto de lo inesperado. Una voz que parecía pertenecer a alguien mucho mayor. La búsqueda artística era permanente, deseaba ser auténtica. Las letras de sus canciones componen una autobiografía, una antología de pequeños fracasos, un catálogo de frustraciones amorosas.
“El manager de Tyler pensaba que sería una estrella, tanto por mi actitud como por mi voz, inmediatamente me hizo lugar en el mundo de la música” decía, mientras se arreglaba el labial corrido mirándose en un espejo desplegable. “Tenía razón, claramente. Todo fue maravilloso en un principio, pero fueron miles los traspiés que habrían en mi carrera que no supo presagiar.”
Poco duró el esplendor juvenil y prometedor de Winehouse, pues, después del éxito de Frank, su primer álbum, comenzó a relacionarse con las personas que la introducirían a las sustancias ilícitas. Desarrolló severas adicciones, también trastornos alimenticios que la hicieron bajar 6 tallas, preocupando a su manager, quien tomó cartas en el asunto.
“Le dijo a mis padres que si no me detenía, mi carrera se iba a desmoronar, pero, a esas alturas, nadie podría haberme detenido”. Pregunté qué había sido exactamente lo que la había llevado a la ruina, o si acaso había sido una mezcla de todas las sustancias y malos hábitos que tenía. Dudó antes de contestar: “De todo un poco, pero en especial el alcohol. Beber a largo plazo es mucho peor que la heroína. El alcohol es el peor veneno”.
En sus inicios ella se consideraba una cantante de jazz, pero con sus dos discos oficiales se convirtió en la gran cantante de R&B, soul y pop del siglo XXI. “Back to black” es una pequeña obra maestra, la cumbre de su arte, de su legado escaso. Millones de copias en todo el mundo y premios de todo tipo. Cinco Grammys, Mercury Prize y varios Brits Awards.
Es impactante comparar sus primeras presentaciones con las últimas. El deterioro, tanto emocional como físico, se notaba a kilómetros. Bebía incluso durante los conciertos, llegando a vomitar entre canciones. En su último año de vida se vio involucrada en varios escándalos, desde su tempestuoso divorcio con su gran amor Blake Fielder-Civil hasta una demanda por agredir a una fan, haciendo que su carrera cayera en picada.
En sus propias palabras: “La mayoría de la gente de mi edad se pasa el tiempo pensando en lo que va a hacer en los próximos cinco años. Mientras ellos piensan sobre su vida yo me bebo todo el alcohol que puedo”. Finalmente, fue eso mismo lo que la llevó a no tener que concretar aquellos próximos cinco años.
Aun así, murió como un ícono de la música británica. La causa de su muerte sigue siendo algo incierta, pero se ha reducido a sus problemas de alcohol. Hay muchas conspiraciones respecto a su muerte. Algunos piensan que fue un suicidio, otros que fue su familia o el mismo Blake quien la mató, pero nada ha llegado a concretarse.
Amy Winehouse fue la última en conseguir el poco deseado ingreso al exclusivo Club de los 27. Así se conoce al listado de rockeros que han muerto a esa edad. Sus antecesores: Brian Jones, Janis Joplin, Jim Morrison, Jimi Hendrix y hasta el blusero Robert Johnson.
Hoy es recordada por sus años de gloria, por su maravillosa voz y su pasión por la música y el arte, lamentablemente ennegrecidos por los vicios, que terminaron llevando a la ruina a una de las leyendas más grandes del mundo de la música.