- Pablo Ignacio Ossandón Encalada
- Psicólogo Clínico transpersonal-Junguiano
- Artista visual y Arte terapeuta, Universidad de Chile.
- IG ps.pabloignacio.ossandon
Considero que un proceso terapéutico, ósea psicológico o arte terapéutico – o de la unión de ambas – debe ser lo más humano posible, no se puede reducir una experiencia habitada a una mirada patológica o netamente de etiqueta. Y es que la vida tiene tanto de dolor como tiene de amor, y quien acude a estos espacios es alguien irrepetible haciendo lo mejor que puede con su biografía, su historia y sus latidos.
Pero volvamos al origen y les contaré cómo llegué a convertirme en psicólogo clínico transpersonal y artista visual. Todo empieza cuando era pequeño, desde una necesidad de plasmar sentimientos, donde también la necesidad de crear estos mundos me permitió descubrir este sentimiento gracias a la pintura, ahí, ese mundo irreal, pasa a ser palpable, era ahora una posibilidad de mi mundo interior.
Siempre pensé que lo que estudiaría, si no se vinculaba con el arte, no sería feliz, tenía miedo de verme estudiando algo que me alejara del arte…o ese mundo creativo se viera atrapado por algo que no me permitiera ser yo.
Mi camino artístico parte con la pintura como anteriormente mencioné y la poesía cuando tenía exactamente once años, a lo que le fui sumando de manera espontánea la escultura y otros materiales de creación.
Psicología fue un desafío. En ese entonces de estudiante desconocía lo que ahora me define como profesional: la psicología transpersonal y el arte terapia. Pero quizás te preguntas ¿qué es la psicología transpersonal o en qué consiste el arte terapia?
Primero te responderé como ahora lo siente el corazón: “la psicología transpersonal es un enfoque o visión que integra el aspecto espiritual de una experiencia humana, que no patologiza, sino que acompaña a trascender una experiencia “caótica”, que le llamo también “buceo biográfico”. Desde allí nos sumergimos con delicadeza y afecto a nuestras huellas, expandiendo nuestros límites, tomando conciencia de nuestro entorno natural, como reflejo de nuestro interno personal y colectivo, o como lo diría la ecopsicología: esa indisoluble conexión entre el bienestar personal y planetario”.
MALAS PRAXIS
Respecto al arte terapia – especialización que ya lleva años en Chile –, lamento manifestar que se ha desvirtuado por malas praxis e incluso prácticas alejadas de lo que realmente es.
Es una forma de psicoterapia mediante el arte, y no meramente “pintando” como suele ser reducido, sino construyendo un camino terapéutico acorde a objetivos clínicos/terapéuticos, el cual puede variar de materialidad según las fases o evolución del proceso.
Asimismo, se da lugar al mundo simbólico mediado por las imágenes/obras y el vínculo terapéutico, es decir, no ocurre sin un “arte terapeuta”. Aquí, la obra es quien habla y genera la “asociación”, que puede ser sensorial, emocional, psicológica y espiritual.
Creo que el arte en una mirada terapéutica, un camino que nos invita a nuestra ecología madre: nos cuidamos, nos conocemos, nos protegemos, pero también crecemos.
Y bueno, crecemos de impactos, porque el arte también es tormento. Por lo mismo, no se romantiza un proceso desde esta línea (ya lo sabrán varias y varios de mis consultantes). Puede ser un desgarro existencial que, con tiempo, trabajo y compromiso, vierte su “primera luz”: vivir-se en transmutación.
Por último, reafirmo mi convicción de que la salud mental debe ser considerada desde una mirada “bio-psico-social-espiritual” y ecológica; ahí están los acentos donde nuestros temores y barreras pueden ser virtudes en nuestro desarrollo transpersonal: es decir, más allá de lo que vemos.
Si te ha tocado sufrir este último tiempo, te cuento que yo también he transitado por aquellos dolorosos caminos. No obstante, me aferro a la idea que un “tsunami emocional”, también puede ser nuestra barca a casa: “el corazón curado”.