Cada paso que da se convierte en nuevo aprendizaje que atesora en su carrera como actor. Con objetivos claros —a veces desafiantes—, Raimundo Alcalde mantiene firme su rumbo: llegar a Estados Unidos y formar parte de una producción en Hollywood. Pero más allá de las metas internacionales, su mayor propósito es disfrutar de lo que más ama: la actuación.
- Entrevista: Marcela Cademartori
- Fotografías: Matías Gentillon
- Instagram: @reyalcalde
Una personalidad inquieta y divertida, capaz de llamar la atención en cualquier momento y lugar, marcó la infancia del actor chileno Raimundo Alcalde.
Ese carácter extrovertido lo acompañaría en su recorrido hasta llegar a la televisión con su personaje de Pablo Kaulen en la teleserie El Camionero (2016), donde compartió escenas con Denise Rosenthal. “Fue una gran oportunidad para mí. Me preparé bastante para la audición y quedé. Sin embargo, durante las grabaciones no tuve un buen desempeño, y eso se notó. La falta de experiencia me pasó la cuenta, pero me sirvió para entender que no basta solo con el talento: hay que trabajar a diario y ser perseverante”, recuerda con honestidad.
Su relación con el arte, sin embargo, había nacido mucho antes. Su mamá, una apasionada de la música, y su abuelo jazzista lo llevaron a involucrarse desde muy pequeño en este mundo. Admirar los espectáculos de Michael Jackson o reír con las comedias de Jim Carrey fueron para Raimundo la puerta de entrada a un universo en el que vibraba con cada detalle.
“Me gustaba ver los chascarros que pasaban durante las grabaciones de las teleseries y que los transmitían en los matinales. Trabajar pasándolo bien era lo que yo quería para mi vida”, recuerda.
Con esa claridad, no había espacio para dudas: su sueño era ser actor. Pero el inicio no fue sencillo. La primera resistencia vino de su propia familia. “Me decían que la actuación debía ser un hobby y no mi profesión”.
Fue entonces cuando comenzó un largo camino de búsqueda. Ingresó a estudiar Ingeniería Comercial, una decisión que pronto quedó atrás, porque su corazón y su pasión seguían estando del lado de la actuación.
El siguiente paso lo llevó mucho más lejos. Se trasladó a Minnesota, Estados Unidos, donde analizó la posibilidad de entrar a una universidad. El alto costo de esa alternativa lo obligó a desistir, pero quedarse inmovilizado no era una opción. Postuló a The Lee Strasberg Theatre & Film Institute en Nueva York, donde estudió durante dos años y profundizó en su formación actoral.
Tras esa experiencia, en 2015 regresó a Chile, listo para enfrentar los nuevos proyectos laborales que lo esperaban y que terminarían por consolidar el camino que siempre soñó recorrer.
TOCANDO PUERTAS
Ya de regreso en el país, Raimundo comenzó a tocar puertas. “Envié mails a todos los productores de teleseries. No me sabía los correos, pero intuía cómo podían ser. Hasta que un día me respondió Vicente Sabatini y me invitó al casting de la teleserie El Camionero. Fue una tremenda oportunidad, pero como mi desempeño fue malo, luego de eso se me cerraron muchas puertas”.
Lejos de desanimarse, aprovechó esa pausa para realizar talleres y seguir estudiando. No había tiempo para detenerse: era necesario seguir avanzando.
Así fue como llegó una nueva oportunidad, esta vez en la teleserie Amar a Morir, donde asumió el rol de protagonista juvenil. Ahora no había espacio para errores: debía hacerlo bien, esforzarse y demostrar todo el compromiso que estaba dispuesto a entregar.
¿El resultado? Un excelente desempeño que le abrió la puerta a un nuevo desafío: integrar el elenco de La Jauría, en donde tuvo un destacado rol. “Detrás de ese papel hubo mucho esfuerzo. Me preparé bastante. Me di cuenta de que en esta profesión la experiencia y el trabajo mandan, y que no basta solo con tener talento”.
CONSTRUYENDO CAMINO
Casi diez años le ha tomado a Raimundo Alcalde consolidar un espacio en la escena nacional. Ha sido un trayecto marcado por aprendizajes, oportunidades y certezas, pero también por momentos de duda e incertidumbre.
La convicción y una actitud consecuente han sido sus principales aliados para seguir abrazando nuevos sueños y proyectos. “Actualmente me encuentro trabajando en un segundo proyecto con Boris Quercia. El primero fue un papel pequeño en una película que se estrenó en enero de este año. En el de ahora no es mucho lo que puedo adelantar, pero sí puedo decir que habrá bastante comedia, con situaciones con las cuales las personas van a empatizar. Estamos aún en etapa de preproducción y esperamos que salga a la luz hacia fines de 2026”, adelanta el actor.
En este recorrido profesional también han surgido otras facetas que lo definen: emprendedor, golfista, influencer y comunicador. “El negocio de la ropa con mi marca Alphalove partió durante la pandemia. Fue una idea que tomé luego de haber visto algunos youtubers que armaban su propia marca. No he tenido mucho tiempo de hacerme cargo de esto, pero es algo que quiero retomar”.
“Lo de influencer nació casi de manera orgánica por el hecho de ser conocido como actor. Tengo una comunidad que me sigue y ahí genero bastante contenido. Y el golf surge de un gusto mío por este deporte y es algo que me tiene motivado. El 1 de septiembre lanzaré mi primer podcast De Todo y Nada, en el cual conversaré con diferentes invitados acerca de la vida. Lo podrán ver por YouTube”.
Talento, pasión y convicción son el motor con el que Raimundo continúa escribiendo nuevos capítulos en su historia. Su viaje es la demostración de que, cuando los sueños se trazan con claridad, el camino se construye paso a paso. Evolución, crecimiento y aprendizaje son hoy parte inseparable de su mochila, esa que lo acompaña en cada etapa de su recorrido.