Encontrar los elementos diferenciadores que hacen de cada proyecto algo único, es para María José Martínez un desafío constante. Es un recorrido que logra conectar con relatos, estilos de vida y emociones de las personas, desde la creatividad y un minucioso proceso de indagación.
- IG @mariajosemartinez.interiorismo
- Por Marcela Cademartori
- Fotografías: Matucho Castillo & Francisca Moura
Su llegada desde Concepción a Santiago no fue un proceso fácil. Le costó hacer su propio camino y más aún definir un estilo que le permitiera diferenciarse frente a otros profesionales del interiorismo.
María José estudió arquitectura en la Universidad del Desarrollo de Concepción. Al terminar hizo un Postgrado en la Universidad de Chile, para lo cual debió viajar por cerca de un año a Santiago.
Al egresar encontró rápidamente trabajo en un estudio, en donde aprendió y pudo aplicar diferentes conocimientos de arquitectura, los que tiempo después incorporó a su especialización en diseño de arquitectura. “Descubrí que lo que me gustaba eran los detalles y fue ahí que derivé en lo que hago actualmente, en donde tengo la posibilidad de intervenir con mayor profundidad los espacios”.
Y su explicación es clara. “Para mí la decoración se enfoca en la búsqueda de elementos que ayudan a armonizar un espacio; en cambio, en el interiorismo – y en el caso mío, en donde me apoyo con mis conocimientos como arquitecta- hay un desarrollo de los espacios en profundidad que me permite intervenir estructuras y enfocarme en temas como la iluminación o los revestimientos. Se logra un resultado más completo”.
Dejar que sus clientes sean ese lugar desde donde encuentra su inspiración, es para María José un elemento fundamental. “Por eso siempre digo que no tengo un sello personal. Más bien, cada proyecto tiene su propia identidad, la que se logra luego de conocer e indagar con cada persona, explorando incluso aspectos que se vinculan, desde la psicología, con sus vidas. No estampo mis ideas, sino son ellos los que determinan el carácter de cada proyecto”, recalca.
COLORES, TENDENCIAS E INNOVACIÓN
Los colores, las texturas y hasta el diseño del mobiliario tienen una historia que contar dentro de los proyectos de María José. “En mi caso, el diseño de los muebles los hago yo, y cada uno se adapta a lo que es cada persona. De igual modo, la paleta cromática también relata alguna historia y producen sensaciones que son importantes para quienes habitarán esos espacios”.
En relación a innovar, la profesional señala que hoy más bien existe una tendencia a volver a lo hecho a mano, quedando en segundo plano todo aquello que se pueda desprender de los avances tecnológicos.
“Hay un regreso al origen y esto es una tendencia en todo el mundo. Se privilegia el uso de fibras naturales y materiales como la madera o la piedra. Por ejemplo, con esta última, y dependiendo de los diferentes cortes que realices, puedes conseguir el relato de diferentes sensaciones. Creo que lo que hoy podría asociarse a una tendencia, va por más bien por el lado de la sustentabilidad y ojalá usar elementos que puedas encontrar en los mismos entornos en donde vives”.
Este vínculo que la profesional realiza por varias dimensiones cobra aún mayor fuerza cuando se incorporan detalles u objetos que para una persona tienen algún valor especial como un recuerdo familiar o de algún viaje.
“Trato de que esto no quede relegado, ya que finalmente un proyecto debe conectar con el sentido y con la emoción, a partir de lo cual se construye la identidad de cada trabajo. Debe ser un proyecto que te envuelva y que te acoja”.
Desde este punto, María José inicia un proceso creativo sin fronteras, al cual se abre desde el corazón para ordenar ideas, armonizar elementos y entregar un resultado que definitivamente genera impacto. Este es su sello, esta es su pasión.