Desde el lanzamiento de su primer disco Llamadas Perdidas en 2011, la cantante nacional María Colores (37) se ha mantenido activa en una escena musical cada vez más competitiva. Cada día es diferente al anterior, ya sea componiendo temas para teleseries, colaborando con otros músicos o realizando nuevas producciones, todas estas experiencias se convierten en matices.
María Magdalena Ortíz Panatt– nombre real de la intérprete – ha tenido años muy movidos donde sus creaciones han aparecido tanto en teleseries como en rotativa a través de las radios, destacan “Me gusta la vida”, “Una vida contigo”, y “Un lugar”, entre otras.
Aprovechando el lanzamiento de sus últimos singles “Ya te encontré” (2018) y “Aquí me quedo” (2019), grabada junto a la boy band argentina V- ONE, conversamos con la versátil intérprete sobre sus canciones, su maternidad, identidad y el futuro que yace al final del arcoíris.
COMPONIENDO MATICES
Últimamente has tenido bastante movimiento…
“Sí, lo más reciente fue “Aquí me quedo” que grabé junto a la banda argentina V-ONE, la cual ya está disponible a través de spotify, y estoy trabajando en un proyecto para la televisión, pero por el momento no te puedo adelantar más. Además sigo componiendo canciones…”
¿Para un nuevo disco?
“No necesariamente. Con Hugo Manzi (Natalino) trabajamos en sociedad para una empresa de canciones llamada Huma y ahí componemos de todo, desde pop hasta rancheras, a esto también me estoy dedicando”.
Debe ser difícil componer para otros artistas.
“Es entretenido, se puede jugar mucho con el tema de los sentimientos, y también de ponerse en el lugar del otro, por ejemplo: ¿qué pensará un hombre en una situación determinada?”.
¿Y cómo es componer para uno mismo?
“Es diferente, es más sentimental y emocional, es más un proceso de introspección donde hay más experiencias y facetas involucradas”.
IDENTIDAD EN COLORES
Llama la atención tu nombre artístico…
“Sí, mi hermano menor me puso así porque mi nombre real es muy aburrido – comenta entre risas-, cuando salió el seudónimo de ‘María Colores’, lo encontramos perfecto porque cada experiencia y cada canción tiene un color diferente, y ese concepto encontré perfecto para mí”.
¿Has pensado en cambiarlo?
“¿Sabes?… sí, lo he pensado, muchas veces pero luego me digo: ‘No, si la María Colores es mi identidad, esa soy yo’”.
¿Y cómo se refleja el concepto y la identidad en tus canciones?
“Porque musicalmente yo hago de todo: he hecho pop, rock, música tanto rápida como lenta, he cantado tanto con Américo y Pablo Herrera y ahora estoy a punto de lanzar un vallenato. Soy múltiple como los colores”.
¿Y la analogía de los colores solo se limita a los estilos musicales?
“No, también en la letra de las composiciones y las experiencias, en ese sentido he tenido una evolución muy personal”.
MATERNIDAD
Alguna vez dijiste que ser mamá cambió un poco la perspectiva de tus composiciones.
“Es por un tema de maduración, pero antes de la llegada de la Zoe (su hija de 6 años), la María Colores era más inocente y escribía desde esa perspectiva, aunque yo siento que ha sido bueno, porque se nota una evolución en las letras. Pero también tengo claro que la espiritualidad y la inocencia no la voy a perder, eso siempre va a estar, pero claro…tras ser mamá, te das cuenta de otras cosas, de los lados claros y oscuros”.
¿Cuál es el lado oscuro?
“La percepción de la mortalidad: vida y la muerte, saber que hay una vida que depende de ti. Siempre estás pensando que existe otro ser humano que depende de ti. Es algo muy sentimental y profundo”.
¿Cómo una artista tan activa como tú, compatibiliza la maternidad con el trabajo?
“La mitad del tiempo lo dedico a mi hija, y lo otro, a la música. Yo creo que supe elegir bien a la persona con la que tuve a mi hija, que si bien ya no estamos juntos, ha sido un buen padre. Ha sido un aporte, y eso me ha permitido seguir componiendo y creando”.
¿Y cómo va todo bajo este “régimen de 50/50”?
“Estoy abarcando todo lo que se pueda en Chile, quiero llegar al peak en eso y luego veré lo que se vaya dando, pero sé que recién estoy entrando al proceso más potente de mi carrera”.
Escrito por Claudio Ibacache · Fotografías gentileza de la artista